Cowell admitió que muchas de sus críticas hacia los concursantes de American Idol durante los años 2002–2010 fueron “excesivas”. Dijo que “probablemente fue demasiado lejos” con algunos comentarios.

En sus palabras: “No estaba tratando de ser un imbécil a propósito” — explicó que su objetivo era encontrar talento real para su sello discográfico, y cuando alguien “no podía cantar” lo decía de inmediato en lugar de dar falsas esperanzas.

Admitió que las largas y agotadoras jornadas de audiciones influían en su actitud: a veces llegaba “fastidiado” y eso se reflejaba en sus críticas.

Finalmente, pidió disculpas. Reconoció que no está orgulloso de esos momentos — “Ese era yo entonces, no me siento orgulloso” — y afirmó que con el tiempo cambió su aproximación.

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