La tranquilidad de la tarde-noche en la colonia Los Mangos se rompió de golpe cuando una densa columna de humo negro se levantó sobre la parte alta de la Progreso, alertando a vecinos que, aterrados, pensaron que alguna vivienda estaba ardiendo. No era para menos: desde varias cuadras a la redonda se veían las llamaradas tratando de alcanzar el cielo.

El incendio se desató dentro de un terreno baldío utilizado desde hace años como basurero improvisado y, según los propios habitantes, como escondite de sujetos que acuden a drogarse. “Ahí se juntan varios, siempre se meten a fumar quién sabe qué… y ahora sí se les salió de control”, relató una vecina que observó el fuego avanzar sin compasión.

En cuestión de minutos, las llamas alcanzaron los vehículos abandonados que permanecían descompue

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