El incidente, descubierto el 2 de septiembre, obligó a Jaguar Land Rover a cerrar sus sistemas y su producción, que pudieron reanudarse a principios de octubre, poniendo bajo presión al fabricante y a sus proveedores.

Según las cifras publicadas por la asociación sectorial (SMMT), la producción de automóviles en Reino Unido cayó un 23,8% interanual en octubre, mes en el que JLR “inició la recuperación progresiva de sus actividades”.

Este retroceso se produce después de un descenso aún mayor del 27,1% en septiembre, en el punto álgido del incidente.

“Fue otro mes difícil para la producción británica”, comentó en un comunicado Mike Hawes, director general de la SMMT, quien sin embargo se mostró optimista tras el presupuesto presentado el miércoles por la ministra de Finanzas britán

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