La peste porcina no afecta a humanos, pero su impacto en los animales es fulminante. Se trata de una enfermedad hemorrágica viral con una mortalidad cercana al 100 por cien en cerdos y jabalíes.

Se puede contagiar por vía inhalatoria, por las secreciones del animal, por contacto y a través de una garrapata, el chinchorro. No existe vacuna ni tratamiento.

Explica José Marín, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Badajoz, que "la única manera de luchar contra la enfermedad es que no entre". Por eso, continua Marín, "si entra, hay que procurar el sacrificio de los animales para contener los focos. Así evitaremos que el virus se siga expandiendo."

Catástrofe económica

La expansión del brote hacia explotaciones porcinas sería un escenario catastrófico desde el punto

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