Desaparecen las alrededor de 70 referencias de la carta y esa barra de punta a punta cargada de pintxos . “Preferimos ofrecer menos cosas y que sean de mucha calidad . Y prácticamente todo hecho al momento ”, defiende Julen Fernández, junto con Julen Urtasun y Asier Olmedo , desde el dos de septiembre al frente del que fue Chez Evaristo . Todo un clásico de la calle Estafeta que cambia de responsables, nombre y concepto.

El nuevo Gatza ha echado a andar sin hacer mucho ruido y avanza poco a poco –no han tenido el tiempo ni la holgura en la cartera que les gustaría– hacia la idea que buscan estos tres experimentados hosteleros: un local tradicional pero informal, con producto de casa pensado para los de casa, cocinado con mimo y “que llame un poco la atención”, dice Urtas

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