El cedro Tara, el más antiguo del Teide , permaneció oculto durante 30 años, hasta que, en 1996, el escalador Javier Martín-Carbajal abrió una vía de escalada en los roques del parque nacional y halló el ejemplar. "En la tercera reunión de escalada nos lo encontramos. En el croquis y el plano de esa vía abierta dibujé entonces dónde se encontraba ese gran cedro. Lo dibujé: gran cedro ", recuerda. Documento que remitió a los biólogos avisando de su existencia. Tres décadas después, una compañera de escalada bautizó al cedro, en el desarrollo del proyecto de reforestación y conservación de esta especie.

Martín-Carbajal considera "muy probable" que otras personas conocieran con anterioridad la existencia de Tara, como ha sido bautizado, porque "debajo, a unos 50 metros, hay otro ced

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