James Vanderbilt, guionista de 'Zodiac', dirige un filme sobre el proceso que cambió las normas del derecho internacional y que cuenta con Russell Crowe como Hermann Göring

Mucho más que el destape y la folclórica: cómo las actrices contaron la Transición con sus interpretaciones

Steve McQueen, el director de 12 años de esclavitud, afrontaba el año pasado su primera película con la II Guerra Mundial de fondo. Lo hacía en Blitz, donde abordaba los bombardeos que sufrió su ciudad, Londres, y cómo hasta en una guerra hay una cuestión de clase y raza que hace que los negros, los pobres y los que viven en los márgenes sufran incluso más que el resto. Al preguntarle que por qué volver a la Guerra Mundial no dudaba. Decía que toda generación tiene la responsabilidad de volver al conflicto para aprender de lo que ocurrió y no volver a repetir aquellos errores.

El director James Vanderbilt parece haber escuchado aquellas declaraciones, aunque niegue haberlo hecho y lleve 13 años escribiendo el guion de Nuremberg, adaptación de El nazi y el psiquiatra, de Jack El-Hai, que ya se puede ver en cines. Un libro que buceaba en la enfermiza relación que se forja entre el psicólogo Douglas Kelly, al que interpreta Rami Malek, y el nazi Hermann Göring, al que da vida de forma portentosa Russell Crowe. Lo leyó cuando no era ni siquiera un libro, apenas tenía seis páginas y lo tuvo claro: “Fue la vez que más rápido dije que sí a algo en mi vida”. Le fascinaba ese hombre que intentaba entender, e incluso diagnosticar, qué les pasaba a los nazis para que cometieran semejantes atrocidades.

Lo que ha logrado es un thriller clásico, un duelo interpretativo que converge en aquel juicio que cambió la historia. Por primera vez se juzgó a personas concretas por crímenes de guerra y contra la humanidad, sentando las bases del derecho penal internacional, creando el concepto de crímenes de “lesa humanidad” y sentando un precedente fundamental: a partir de ese momento nadie podía escudarse en que “seguía órdenes” para cometer crímenes.

A Vanderbilt, que es el responsable del guion de uno de los mejores thrillers del siglo XXI, Zodiac, la historia también le tocaba de forma directa. “Mis dos abuelos lucharon en la Segunda Guerra Mundial y, por suerte, ambos regresaron. Por tanto, siempre ha sido un tema importante para mí. Tengo amigos que perdieron a sus familiares en los campos de concentración. Y, sin embargo, cuando hablo con mis hijos sobre ello, es como hablarles de la Revolución Americana. Lo sienten como algo muy lejano. Así que creo que revivir el pasado y contarlo de una manera emotiva que conmueva me interesó. Era oportuno hace 13 años, pero lamentablemente es un tema actual ahora y lo será en el futuro. Nuestro objetivo como cineastas siempre es intentar hacer algo que perdure, y eso es lo que queríamos con esta película”, explica el director.

Vanderbilt explicita la pertinencia de su película en un epílogo que advierte de que los dictadores del futuro pueden ser elegidos democráticamente y vestir de traje, en una referencia clara a Donald Trump, nombre que evita citar en las entrevistas. “La mejor manera de responder a esto creo que lo maravilloso de las películas es que podemos involucrarnos en cosas que creemos que son importantes. David Fincher me dijo una vez que las buenas películas te hacen preguntas. Las malas películas te dan todas las respuestas. Y me encanta esa idea. Y también me encanta que cuando lanzamos la película al mundo, les pertenece a ellos. Así que, lo que la gente entienda de ella ya no depende de nosotros. La conversación sobre el arte siempre es algo bueno”, zanja.

Como muestra el filme, el ejército de EEUU no estaba, a priori, a favor de involucrarse en lo que posteriormente terminaron siendo los juicios de Nuremberg. “En el ejército pensaban que juzgar a hombres por seguir órdenes era la peor idea que habían oído nunca. Si sentaba ese precedente podía ser usado contra ellos en el futuro. Fue algo sin precedentes, y fue importantísimo que se hiciera”, explica Vanderbilt sobre la importancia histórica y como pendió de un hilo el que se llevara a cabo.

David Fincher me dijo una vez que las buenas películas te hacen preguntas. Las malas películas te dan todas las respuestas

A su juicio, fue el triunfo de la justicia. “Si se les hubiera matado hubiera sido un acto de venganza, pero al ser juzgados fue un acto de justicia. Pero también era un riesgo porque, ¿qué hubiera pasado si hubieran ganado el juicio, si no se los hubiera podido condenar? Además, fue importante porque hubo una cooperación bastante activa entre diferentes países que no colaboraban en otros aspectos. Por ejemplo, EEUU y Rusia ya estaban espiándose entre ellos, centrados en sus luchas. Empezaba la Guerra Fría”, añade.

De alguna forma Nuremberg y Zodiac tienen algo en común, y es que ambas terminan convirtiéndose en relatos sobre la obsesión. James Vanderbilt se ríe cuando se lo mencionan y reconoce que está “obsesionado con la obsesión y con la naturaleza del mal”. “Zodiac también trataba sobre un hombre que se obsesiona intentando responder a una pregunta que quizá no pueda. Y, consiga o no salir de ahí, pierde a su familia y casi se pierde a sí mismo. En esta película, no quiero hacer espóileres, esta obsesión tiene un gran efecto en el Doctor Kelly. Me atraen las películas con temas como ese. Probablemente, más de lo que debería, pero no siempre podemos elegir lo que nos fascina”, subraya.

Todo con forma de thriller, porque lo que sí tenía claro es que no ve muchas películas que “parece que te sermonean durante dos horas o te señalan algo con el dedo”. Por ello intentó remitir a los referentes del cine que le influyó de joven, como JFK o Apolo 13, “películas que eran muy serias, pero también emocionantes y entretenidas para asimilar toda la información sobre lo que pasó realmente, pero también emocionarte con esos personajes”.