El dueto conformado por ELLA y MØNØ girarán el año que viene por España con su disco 'Que nada nos pare': "En la música hay mucho de utilizar la cura, pero también necesitamos crear refugios de optimismo"

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“Que nada nos pare, que salga de ti lo mejor y todos lo bailen. Son tiempos de luz y de amor y lo viniste a recordar”. El dúo de productores y DJs ELYELLA (compuesto por ELLA y MØNØ), llevan más de diez años contagiando a ritmo de electrónica su buen rollo, su reivindicación de la alegría, el autocuidado y el disfrute colectivo, como demuestra la letra de Que nada nos pare, una de sus canciones más emblemáticas, que abre esta entrevista. El pasado mes de noviembre lanzaron su primer disco, Lo más importante, con el que, tras colgar por partida doble el cartel de 'sold out' en La Riviera de Madrid, girarán por ciudades como Zaragoza, Alicante, Barcelona y Logroño el año que viene. En él han contado con colaboraciones de artistas como Iván Ferreiro, Siloé, Lori Meyers y La La Love You.

ELLA (María Eguizabal) combina su labor en el proyecto con la dirección del sello discográfico Vanana Records, responsable de la carrera de artistas como Ginebras, Amatria, Karavana, trashi y Wisemen Project. El dueto nació con la voluntad de conservar el anonimato de ambos componentes, todo un acto de 'resistencia' en los tiempos que corren del imperio de la imagen provocado principalmente por las redes sociales. Por ello es solamente María, su cara visible, quien atiende a elDiario.es en las coloridas oficinas de la discográfica. Más de una década después, han conseguido que la identidad de MØNØ continúe siendo una incógnita.

Su disco es una fiesta de uno mismo, del cuidado, de la celebración. ¿Estamos en un momento en el que es especialmente relevante reivindicarlo?

Sí. En la música hay mucho de utilizar la cura, todo lo que está mal, pero creo que también necesitamos crear refugios de optimismo, de paz, de libertad, de amor. Buscar esos espacios porque si no, a veces todo lo que recibimos, y en un momento social en el que todo va muy rápido, es mucha información golpeándote todo el rato. Está bien recordarnos que también hay cosas bonitas, algo que hemos tenido en nuestro ADN desde el principio.

En la música hay mucho de utilizar todo lo que está mal, pero también necesitamos crear refugios de optimismo

Su trayectoria ha evolucionado hasta que ahora componen sus propias canciones.

No sé si ya estaba en la meta, pero conforme hemos ido avanzando, necesitábamos crecer con el proyecto a nivel creativo. Son pasos que han sido naturales para nosotros. También sentíamos que, después de varios años, no había el tipo de canciones que nos conectara a nivel de energía, de mensaje, y nos planteamos hacerlas nosotros. El vértigo está siempre, pero al final hay que lanzarse porque, si no, te quedas en un lugar en el que puede que el proyecto deje de tener interés tanto hacia fuera como hacia dentro. Lo hacemos mucho para disfrutar nosotros, ya que si tú no disfrutas, es difícil hacer disfrutar a los demás.

¿Cómo han conseguido mantener la identidad de MØNØ oculta a pesar de los años?

La idea desde el principio era trabajar con el anonimato de los dos, aunque es verdad que mi parte se ha ido diluyendo. Soy un poco la voz, pero él está muy cómodo con su papel. Dice que su parte del ego está cubierta y que no necesita ese reconocimiento, sino trabajar poniendo todo el foco en el proyecto y no en quienes estamos detrás.

Desde luego parece casi un acto de resistencia en estos tiempos de subir fotos a Instagram y de tener que mostrarnos todo el rato.

Ahora con las redes ya no solo tienes que contar lo que haces como músico, sino también lo que haces en el día a día. Y nosotros, cuando se habla de lo que hace ELYELLA, queremos que se hable de lo que hacemos y no de lo que pasa cuando llegamos a nuestra casa o en nuestro tiempo libre.

Cuando se habla de nosotros queremos que sea sobre del proyecto y no de lo que hacemos cuando llegamos a casa

Que nada nos pare fue interpretada por los concursantes de Operación Triunfo (OT) hace unas semanas, ¿cómo vivieron esta aparición en el mainstream televisivo?

Es la primera vez que se incluye una canción nuestra en televisión, y llegar ahí hace que te descubra mucha más gente. Es bonito. Sigue formando parte de reconocer que tu canción conecta, gusta y la eligen para cantarla en un programa. El día que nos llegó la noticia alucinamos. Era un regalo porque además acabábamos de sacar el disco.

¿Qué papel juega un formato como este? ¿La industria tiene cabida para que cada año salgan 16 nuevos artistas?

La industria no es capaz de absorber a todos los artistas que salen de OT. El tiempo lo está poniendo en su lugar, a los que se quedan y los que no pueden, porque es verdad que construir carreras de cero y que todos conecten, es muy complicado. Para los chavales que salen es complejo, porque cuando no tienes un crecimiento muy orgánico, saber gestionarlo, sobre todo a nivel de salud mental, es difícil porque estás muy expuesto.

Te conoce mucha gente, pero por quien eres como persona, no a nivel musical, porque todavía no existes, no tienes huella de lo que haces a ese nivel. Estás juzgado desde el minuto uno. Siempre he creído, de ahí a la apuesta de nuestro sello, en las carreras desde abajo, con crecimiento orgánico fundamentado en gente que va creciendo contigo, escuchando tu música. Vas creando esa legión de fans a la que realmente le gusta lo que haces.

Claro que precisamente encontrar a gente que vaya a acabar convirtiéndose en unas Ginebras no es sencillo.

Es lo más difícil. Ahora todavía nos puede escribir más gente, pero al principio simplemente escuchábamos, descubríamos. De Ginebras nos llegó una demo que quería grabar con Pau Paredes, uno de nuestros socios. La escuchamos y nos pareció increíble.

Gran parte de los artistas de su sello son grupos, ¿es un buen momento para las bandas o la industria tiende más a elevar a la estrella de turno?

Tenemos como ejemplo uno de los grandes fenómenos de los últimos años, Arde Bogotá. Ellos solos llenan giras más grandes que muchos del mainstream y solistas. Ahora está el caso de Viva Suecia, o Siloé, que están creciendo un montón. Está siendo un buen momento. Hay mucha atención por lo que se hace en el país, las bandas y los artistas nacionales.

Es verdad que una banda siempre es más compleja porque son varias personas que tienen que alinearse todo el rato en lo que quieren y como lo quieren, y al final cuando uno hace un proyecto en solitario, no tiene que negociar. En las bandas es más complejo, pero también más bonito, porque cuando llegan es algo compartido.

Ahora hay mucha atención por las bandas y artistas nacionales

Eva Amaral ha contado en varias ocasiones que cuando empezaron pensaban que ella era la cantante y Juan el compositor. En ELYELLA son también un dueto compuesto por un hombre y una mujer, ¿les ha pasado algo parecido?

A todas nos ha tocado lidiar con esto. Sí que tengo que decir que desde que empecé, evidentemente queda camino por recorrer, pero voy sintiendo cambios, veo que los equipos técnicos trabajando a muchísimas más mujeres. Yo tengo que lidiar muchas veces con que en las redes me cuestionen a mí y no a MØNØ, con mensajes como “ella no pincha”.

En esto soy de poner el foco en que yo sé lo que hago así que, ¿por qué justificarme ante alguien que seguramente se ha parado a verlo ni a enterarse? Habla desde la distancia y por puro hate, no sé si es necesario explicártelo si viene desde ahí. Si hablamos desde una crítica constructiva yo siempre estoy abierta, pero cuando es simplemente para destruir, hay que apartarlo a un lado y seguir tu camino. Si no, nos paralizaría mucho a todos.

Sigue faltando paridad en los festivales.

Sí, hace un par de años se puso mucho el foco, se dieron pasos, pero nos hemos vuelto a relajar. Se está perdiendo ese foco. Hay que seguir hablándolo mucho para ir caminando y cambiándolo porque, si no lo verbalizamos, no nos damos cuenta de que todavía existe.