En Río Cuarto todavía dura el sacudón. El ascenso histórico de Estudiantes a la Liga Profesional desató una alegría que desbordó al barrio, al club y a toda la ciudad. Pero la fiesta, apenas terminó, abrió otra puerta: la del trabajo contrarreloj. Porque estar en Primera implica ponerse a la altura. Y en el León lo saben mejor que nadie.

La decisión ya está tomada: la intención es jugar la mayor parte de la temporada en el Candini. No se negocia la localía, no se negocia el barrio, no se negocia la identidad. “Queremos que el León siga rugiendo en su casa”, repiten cerca de la dirigencia. Sin embargo, esa voluntad choca con una realidad que se hará visible en estos días: llegarán los veedores de AFA para inspeccionar el estadio y determinar si cumple con los requisitos exigidos para Prime

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