Entre mantas, protestas de productores y campesinos, el Senado aprobó en “fast track” y sin cambiarle una sola coma, la nueva Ley General de Aguas que define las reglas sobre el uso de ese recurso en los procesos productivos y elimina la transmisión de concesiones entre particulares.

Con 85 votos a favor y 35 en contra, el Senado aprobó con la mayoría oficialista, la ley que establece que los derechos amparados en las concesiones y asignaciones no serán objeto de transmisión y que cualquier movimiento de volúmenes deberá hacerse únicamente mediante reasignaciones autorizadas por la Autoridad del Agua mediante procedimientos expeditos.

En el artículo 22, la reforma fija que el otorgamiento de una concesión o asignación se sujetará a lo dispuesto a la Ley y sus reglamentos y tomará en cuen

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