La presencia financiera de China en América Latina y el Caribe entró en una nueva fase centrada en administrar las deudas acumuladas a lo largo de los años por los países de la región, con amortizaciones y renegociaciones, en tanto que el financiamiento nuevo es casi inexistente.
“Hubo un período en el que el crédito público chino se convirtió en una fuente importante de financiamiento para varios gobiernos de la región”, dijo a Bloomberg Línea Jonathan Fortun, economista del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).
“Ese período se cerró. Lo que quedó es un conjunto de relaciones bilaterales en las que el volumen histórico de préstamos convive con una realidad actual marcada por amortizaciones, renegociaciones y una oferta de financiamiento nuevo prácticamente inexistente”, señaló Fo

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