BERLÍN (AP) — El Parlamento de Alemania aprobó el viernes un paquete de reforma de pensiones que había provocado una rebelión en las filas del partido del canciller Friedrich Merz, el último episodio de unos complicados primeros siete meses en el cargo.

Los legisladores en la cámara baja votaron 319-225 a favor del paquete, que incluye una medida que mantendría el nivel de las pensiones estatales en el 48% de los salarios promedio hasta 2031. Hubo 53 abstenciones.

Un grupo de 18 jóvenes legisladores de la Unión Demócrata Cristiana, el grupo de centro-derecha de Merz, —un número mayor que la mayoría parlamentaria de su coalición— se había resistido durante semanas a una disposición que decía que después de 2031, el nivel de pensiones sería ligeramente más alto que bajo la ley actual. Argumentaron que eso costaría hasta 15.000 millones de euros (17.000 millones de dólares) por año, y que esto sería a expensas de los jóvenes.

Los socios menores de la coalición de Merz, el Partido Socialdemócrata, fueron inflexibles en que el paquete se aprobara sin cambios. Merz respaldó eso.

La medida para mantener el valor de las pensiones era parte de un paquete que también contiene cambios solicitados por el bloque conservador de Merz, incluyendo una reducción de impuestos que facilitaría a los jubilados seguir trabajando.

En un esfuerzo por apaciguar a los disidentes, los líderes de la coalición enfatizaron que una comisión producirá propuestas para una reforma más amplia del sistema de pensiones para mediados de 2026, ya que Alemania, al igual que muchos otros países, enfrenta el desafío de una población envejecida.

Ansioso por demostrar que tiene el control de la mayoría parlamentaria del gobierno, Merz presionó fuertemente para la aprobación por una mayoría absoluta de los 630 legisladores de la cámara, lo cual no era estrictamente necesario. El resultado del viernes lo salvó de la potencial vergüenza de que las medidas se aprobaran gracias solo a las abstenciones del opositor Partido de la Izquierda.

Merz se propuso evitar las luchas internas que plagaron al gobierno de su predecesor Olaf Scholz y resultaron en su colapso el año pasado. Sin embargo, necesitó dos rondas de votación sin precedentes en el Parlamento para ser elegido como canciller en mayo. También hubo un altercado de alto perfil en sus propias filas en julio sobre una candidata de centro-izquierda para el tribunal más alto de Alemania, quien finalmente retiró su candidatura.

El canciller ha reconocido que su coalición ha participado en “demasiadas discusiones públicas” desde que asumió el cargo, con prioridades que incluían revitalizar la economía estancada de Alemania y reducir la migración irregular.

Los alemanes parecen no estar impresionados con él y su gobierno, mientras que el apoyo a la extrema derecha Alternativa para Alemania ha crecido desde las elecciones del país en febrero.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.