Esto implicaría una ruptura histórica: sería la primera vez en más de cincuenta años que Cafayate pierde el control institucional de su celebración identitaria más importante.

Para el concejal Gabriel Meisner, ese eventual traspaso responde directamente a lo que calificó como “mala gestión” de la intendenta Rita Guevara y su gabinete. En sus declaraciones, Meisner aseguró que la provincia evalúa seriamente la posibilidad de no financiar la edición próxima debido a la falta de claridad contable, lo que obligaría a una privatización del evento.

Una gestión en retroceso y con final abierto

La denuncia penal se presenta en un contexto político desfavorable para el oficialismo local. En las últimas elecciones, los candidatos apoyados por el gobierno provincial sufrieron derrotas contundentes

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