En un barrio dominado por calles galdosianas como Doña Perfecta, Pedro Infinito o Pío Coronado , cualquiera podría pensar que el propio Schamann es el apellido de algún general madrileño escapado de un episodio nacional o de un comerciante alemán que probaba fortuna en la capital.

Sin embargo, este topónimo tiene poco de literario y mucho de historia pragmática. Detrás del nombre no hay una intención simbólica ni referencia literaria alguna, sino la huella directa de un propietario que, a comienzos del siglo XX , puso en marcha la transformación efectiva de parte de la periferia de Las Palmas de Gran Canaria .

Mucho antes de adoptar el apellido de su propietario, este lugar formaba parte de un territorio conocido durante siglos como Montañeta o Montaña de San Lázaro , un re

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