Las máquinas no están vivas ni tienen conciencia, sentido de yoidad o individualidad; son, desde su realidad artificial, rudimentos tecnológicos inertes supeditados, en el caso de la Inteligencia Artificial (IA), a una lógica algorítmica ya programada que progresivamente se va actualizando con nueva información, como es el caso de la IA generativa.
Vaya que para las mentalidades más tecnofílicas cuesta aceptar esta afirmación que suena a sentencia, a un llamado a la sensatez más humanista y confrontativa frente a un transhumanismo que cree en la paridad entre el hombre y la máquina.
No es lo más sano para nuestra mente dar por válidas las reacciones afectivas, comprensivas o casi emocionales de la IA. Ya tenemos el caso de una japonesa que decidió casarse con un personaje que ella misma

La Crónica de Hoy

Noticias de México
New York Post
RadarOnline
5 On Your Side Sports
CBS News
Slate Politics
America News
The Conversation
OK Magazine