Pocos pescados hay tan icónicos y tan versátiles como el bacalao . Hasta no hace demasiados años, no mucho más de 20 años, era difícil verlo fresco en las pescaderías. Hasta entonces, a la mayor parte de los hogares llegaba en salazón , que además se compra en tiendas especializadas en este producto. Allí colgaban de las paredes o se apilaban en cajas pescados enteros abiertos en canal y sin el espinazo. Una costra de sal los cubría por completo desde que en las pesquerías del Atlántico norte se ponía a secar antes de viajar hacia nuestras costas.

Era, y es, alimento nutritivo de un precio bastante asumible, aunque esto último algunos pueden empezar a cuestionarlo ahora. A muchas familias ayudó en épocas de penuria y también se convirtió en plato estrella de sidrerías y tascas d

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