Por David Somoza Mosquera

Todas las decisiones tienen consecuencias, sean buenas, malas, pequeñas o grandes, inmediatas o a largo plazo, afectando a quien decide y a otros. En el mundo empresarial son el motor que impulsa a cualquier organización, determinando su dirección, crecimiento y éxito. Así que un paso en falso puede resultar costoso.

Sin embargo, en muchas empresas este proceso puede verse contaminado por la impulsividad, los sesgos personales o la falta de un marco estructurado . De allí que sea clave incorporar la disciplina para asegurar que cada elección sea deliberada, informada y alineada con los objetivos estratégicos. Una toma de decisiones disciplinada fortalece la competitividad y fomenta un crecimiento sostenible.

El proceso comienza con un paso que es fundamenta

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