Hablar de dinero no siempre es fácil. El dinero atraviesa nuestras decisiones cotidianas, define oportunidades o condiciona relaciones, también revela valores, tensiones y desigualdades que no siempre podemos ver o poner en palabras .

En ocasiones, el dinero funciona incluso como un indicador silencioso que mide poder, responsabilidades y expectativas. Y no se trata sólo de cuánto ganamos o qué uso le damos, sino también de cómo lo administramos o qué lugar le damos en el marco de nuestras relaciones .

En la intimidad de los vínculos –familiares, afectivos o laborales– hablar de dinero se vuelve todavía más difícil. Estas tensiones suelen aumentar cuando ese diálogo se da dentro de las parejas. ¿Quién decide como se administra? ¿Compramos juntos o por separado? ¿Qué bienes tienen pri

See Full Page