Que un perro ladre cuando se queda solo es un problema frecuente que puede generar estrés, conflictos con vecinos y mucha angustia en los dueños. Aunque suele asociarse rápidamente con “capricho”, en realidad los ladridos persistentes suelen estar vinculados al aburrimiento, la ansiedad, el miedo o la falta de rutinas claras . La buena noticia es que, con algunas estrategias simples y constancia, es posible reducirlos notablemente.

El primer paso es entender por qué ladra . Algunos perros lo hacen por ansiedad por separación, otros por hiperactividad y otros por estímulos externos (ruidos del pasillo, autos, otros perros). Identificar el origen ayuda a elegir la estrategia correcta. Un perro que ladra por energía acumulada no necesita lo mismo que uno que ladra por miedo.

Mirá Tambié

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