Los surcoreanos hace mucho que desconfían de las cámaras ocultas en baños públicos, estaciones de metro y habitaciones de motel. Ese temor se extiende cada vez más a las cámaras de sus propios hogares.

Cuatro personas fueron detenidas por el hackeo de 120.000 cámaras de seguridad domésticas en Corea del Sur, cuyas imágenes se utilizaron para elaborar material de explotación sexual, dijo el lunes la Agencia Nacional de Policía.

Se trata de la acción más reciente de Corea del Sur en una batalla contra el espionaje electrónico ilícito que, según las autoridades, ha puesto en peligro innumerables dispositivos de uso cotidiano en más de una década.

Las imágenes procedían de cámaras conectadas a internet instaladas en casas, empresas, hospitales, saunas y otros espacios, normalmente

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