Como de vuelta a 1823, el gobierno de Donald Trump elaboró su política exterior en el objetivo de recuperar el poder y liderazgo de todo el continente americano, trayendo de vuelta ideas políticas generadas en el siglo XIX por el expresidente James Monroe: América, para los americanos (estadounidenses).

Según la nueva política exterior divulgada por la Casa Blanca, pretende impedir la intervención de potencias extranjeras en los asuntos del continente americano, expandiendo su influencia en la región e incorporando aliados al gobierno estadounidense que sean afines a sus objetivos e ideales.

Bajo la premisa de “incorporar”, el Gobierno Trump espera trabajar con países aliados ya consolidados en la región para frenar la migración irregular, detener el flujo de drogas y reforzar la estabil

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