Cuando guardás esas pilas viejas que quedaron sin uso en un cajón, en realidad podés estar sosteniendo un pequeño tesoro esperando una segunda oportunidad. Lejos de ser basura inofensiva, esas pilas gastadas representan una oportunidad real de ­reciclaje consciente — una forma simple y práctica de evitar contaminación y, al mismo tiempo, darle un nuevo destino útil a materiales que ya no sirven para alimentar dispositivos.

Muchas veces descartamos las pilas sin uso sin pensar en las consecuencias: contaminan el suelo y el agua cuando se desechan de forma inadecuada, ya que contienen metales y componentes que requieren un tratamiento especial. En cambio, si las conservamos y las gestionamos correctamente podemos evitar ese impacto ambiental y, además, abrir la puerta a ideas creativas

See Full Page