El penoso espectáculo que se vivió días atrás, cuando una legisladora nacional promovió un acto antivacunas de ribetes circenses, puso en alerta a organizaciones médicas y autoridades sanitarias de todo el país, ya que se produce en un contexto donde las bajas tasas de inmunización hicieron reaparecer enfermedades que se pensaban erradicadas.

La polémica se desató cuando la diputada chaqueña por el Pro, Marilú Quirzo, organizó en el Congreso una jornada de supuesto debate donde no hubo evidencia científica sino más bien difusión de teorías conspirativas sin sustento real. La estrella fue un hombre que se adhirió objetos metálicos al torso desnudo para demostrar un supuesto “magnetismo” que le habrían generado las vacunas contra el covid-19.

La grotesca presentación en el recinto donde

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