Hay dos temas del debate público que deberían estar agotados. O dicho de manera más directa, que ya aburren. Uno es el de la irrupción de Javier Milei , el de las razones de sus sucesivos triunfos electorales. El otro es el del peronismo, el del estado de la oposición nacional y progresista, por llamarla de alguna manera. Sucede que por estos días se cumplen dos años de la asunción del nuevo gobierno , es decir la mitad del mandato, ese mismo que en diciembre de 2023, “no pasaba el verano”. Y dos años es un tiempo más que suficiente para haber alcanzado alguna síntesis .

Mientras políticos y politólogos se entretienen en cuestiones diletantes como el auge global de las nuevas derechas o el impacto de redes y algoritmos en la construcción de las nuevas subjetividades, desde la econ

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