Estocolmo, 7 dic (EFE).- Hace 24 años, Mary Brunkow (Portland, Oregón, 1961) desveló la pieza que faltaba para explicar por qué el sistema inmune, en su misión de protegernos, no daña el cuerpo humano; pero ha necesitado un Premio Nobel para ser consciente de que su descubrimiento ha revolucionado la Medicina.

Brunkow, actual encargada de programas de investigación en el Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, abandonó el campo de la inmunología en 2004, cuando cerró la empresa biotecnológica en la que ella y su colega premiado Fred Ramsdell hicieron el descubrimiento que les ha valido el Nobel (compartido con el japonés Shimon Sakaguchi).

Al describir cómo un gen de los ratones también presente en los humanos, FOXP3, se ocupa de ‘apagar’ ciertas células inmunes para que el cuerpo

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