Para evitar más complicaciones de salud, se estableció una zona de exclusión de 30 kilómetros, conocida como la “zona de alienación”, con el fin de mantener a las personas lejos de los restos más contaminados. Pero mientras que los humanos se alejaron, el moho negro de Zhdanova se instaló lentamente. Al igual que las plantas buscan la luz del sol, la ciencia detrás de las investigaciones de Zhdanova mostró que las hifas fúngicas de este moho se sentían atraídas por la radiación ionizante. Este fenómeno, al que la investigadora bautizó “radiotropismo”, resultaba paradójico.
La radiación ionizante, que es mucho más potente que la luz solar, es un bombardeo de partículas que atraviesa el ADN y las proteínas, causando daño celular que puede generar mutaciones y matar organismos. Además de l

Cancún News

New York Magazine Intelligencer
The Philadelphia Inquirer Crime
E Online
America News