En un mundo marcado por diferencias culturales, religiosas y políticas, es más importante que nunca recordar aquello que nos une, en lugar de lo que nos separa. Entre católicos y judíos, esta unidad tiene raíces profundas y antiguas, que se remontan a milenios de historia, fe compartida y valores comunes. Aunque a veces nuestras tradiciones religiosas han tomado caminos distintos, la raíz de ambas es la misma: la revelación de un Dios único que guía, acompaña y ama a su pueblo.

Este artículo explora los lazos espirituales, éticos y culturales que nos unen, destacando cómo el respeto, la comprensión y el diálogo interreligioso pueden construir puentes sólidos hacia una convivencia fraterna y enriquecedora.

1. Raíces comunes: la herencia de la Biblia

La relación entre católicos y judíos s

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