Por Nomi Pendzik
Con mayor o menor conciencia del desastre, todos sabemos que, en este mundo caótico y desmadrado, vivimos sentados sobre un polvorín. En ese sentido, una película como “La casa de dinamita” , de Kathryn Bigelow (EE.UU., 2025), además de ser un prodigio como narración, resulta más que ilustrativa sobre las actuales condiciones geopolíticas y el posible (y negro, muy negro) futuro .
Sin embargo, el arte no siempre nos muestra esas horribles circunstancias desde un enfoque tenso y angustioso. A veces esta preocupación por el destino de la humanidad puede presentarse con humor (y negro, muy negro). Y en esto de mostrarnos terremotos mediante una sonrisa, nuestro Roberto Fontanarrosa (1944-2007) era un verdadero maestro. Y negro, muy…
El relato de hoy es un ejemplo p

La Capital AR

24 Horas Fútbol Internacional
Infobae
Fast Company Lifestyle
IMDb TV
Consequence Music
AlterNet
The Babylon Bee
America News
NBC News
Vogue Beauty