Alejandro “Alito” Moreno quiere recuperar los votos perdidos por el PRI a fuerza de discursos. El del sábado pasado, lleno de señalamientos duros hacia Morena, busca avanzar en esa dirección, pero hay varios detalles que debería tomar en cuenta.

Primero, que sigue siendo el partido más rechazado, al que más se le identifica con la corrupción y por el que un segmento importante del electorado asegura que no votaría por él.

Segundo, su propia biografía, que lo puede llevar a enfrentar problemas con la justicia, algo que quizá esté pensando le serviría para presentarse como víctima y lanzarse así a una candidatura, pero sin muchas posibilidades de éxito al tener a un partido tan desacreditado.

Y tercero, que en Morena y el gobierno le saben muchas cosas, las suficientes para descarrilar su

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