César Quian

07 dic 2025 . Actualizado a las 22:15 h.

Visitaba Riazor un rival asiduo durante las últimas temporadas, play off de ascenso incluido, el Castellón. En el Deportivo volvía el último once de gala y alguna modificación táctica con balón: 1-4-3-3 asimétrico dando amplitud con Noubi y Quagliata, mientras que Mella y Yerrmay partían de posiciones más interiores. Cierto es que el belga pierde el factor sorpresa con una ubicación tan definida, algo de lo que se aprovechaba el cuadro coruñés de manera asidua en la salida de la pelota.

El cuadro castellonense, valiente, acumulaba efectivos por delante del balón con posesión y hundía las líneas deportivistas en bloque bajo, pues la presión alta de los de Hidalgo no era lo suficientemente efectiva. Y es que el plan de partido parecía

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