Denise Dresser

Son un grupúsculo. No más de 10. Hombres y mujeres que se pasean por los medios como si fueran luminarias indispensables, cuando en realidad son soldaderas intelectuales de la llamada Cuarta Transformación. Y su apodo es lo de menos: Lo relevante es cómo han logrado convertirse en la misma decena de voces convidadas a paneles, conferencias, mesas de análisis y planas editoriales, aunque su único talento es la defensa del Gobierno en turno. El Palacio necesita a sus propagandistas y siempre habrá alguien dispuesto a jugar ese papel, no importa cuán cursis o porriles o deshonestos sean.

Ahí están, siempre los mismos, ocupando un espacio que antes exigía rigor y crítica y congruencia, ahora rellenado con consignas y justificaciones. Un nuevo nicho surgido a la sombra del pode

See Full Page