El invierno es la época del año en la que más tiempo pasamos en interiores, pero también es la estación en la que más empeora la calidad del aire en el hogar. Aunque es normal que las ventanas estén cerradas la mayor parte del día para que no se escape el calor de la calefacción , los expertos insisten en la importancia de ventilar toda la casa a diario. Pero, ¿durante cuánto tiempo hay que hacerlo? La respuesta no es sencilla ni universal, ya que depende de diversos factores.
Lo primero y más importante es entender por qué es importante ventilar en invierno . La ventilación permite renovar el aire del interior, eliminar partículas contaminantes, reducir la humedad y prevenir la acumulación de compuestos orgánicos volátiles (COV) que se liberan de pinturas, muebles, productos de limpieza o sistemas de calefacción. Son muchos los problemas que pueden surgir por una mala ventilación: acumulación de dióxido de carbono (CO2) y contaminantes domésticos y aparición de moho por el exceso de humedad. Por lo tanto, abrir las ventanas a diario no es simplemente un hábito recomendable, sino fundamental para prevenir enfermedades respiratorias y mantener un ambiente saludable.
¿Cuánto tiempo hay que ventilar la casa en invierno?
Hay quienes aseguran que lo ideal es abrir las ventanas entre 30 y 40 minutos. Sin embargo, los expertos señalan que este tipo es excesivo y puede provocar una pérdida excesiva de calor, incrementando el consumo energético. Lo mejor es abrir todas las ventanas de la vivienda a la vez, durante 5 a 10 minutos como máximo, dependiendo del tamaño de la casa, la temperatura exterior y la orientación de las ventanas. Conviene repetir el proceso varias veces al día, al menos dos o tres veces, adaptando la frecuencia según la ocupación de la vivienda y la actividad dentro de la misma.
No sólo importa el tiempo, sino también el momento del día . Los expertos ofrecen varios consejos para ventilar adecuadamente en invierno:
- Abrir las ventanas en lados opuestos de la vivienda permite que el aire circule rápidamente, expulsando el CO2 y la humedad acumulada.
- Los mejores momentos suelen ser por la mañana, tras el desayuno, y por la tarde, después de la jornada laboral, cuando la casa ha estado cerrada varias horas.
- En cocinas y baños, los extractores ayudan a eliminar la humedad y los olores de manera rápida, complementando la ventilación natural.
Beneficios
La ventilación aporta múltiples ventajas, incluso en los meses más fríos. Por un lado, mejora la calidad del aire; elimina contaminantes, olores y partículas en suspensión, evitando problemas respiratorios. Por otro lado, reduce la condensación en ventanas y paredes , evitando la proliferación de hongos. Finalmente, disminuye la transmisión de virus y bacterias, algo especialmente importante en invierno, cuando los resfriados y la gripe son más frecuentes.
Señales de mala ventilación
Mantener un hogar bien ventilado es esencial para preservar la salud, la comodidad y la integridad de la vivienda . Sin embargo, muchas veces no somos conscientes de la mala calidad del aire hasta que aparecen señales claras. Reconocer estas señales a tiempo permite tomar medidas preventivas y evitar problemas más graves, como enfermedades respiratorias, alergias o daños estructurales en la vivienda.
- Una de las señales más evidentes de mala ventilación son los olores persistentes. Cuando los espacios permanecen cerrados durante mucho tiempo, los olores de cocina, humedad, mascotas o productos de limpieza tienden a acumularse. Esto también puede indicar la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV) u otras sustancias contaminantes que, a largo plazo, pueden afectar la salud.
- Otra señal frecuente es la condensación en ventanas y superficies frías. En invierno, cuando las temperaturas exteriores son bajas y la calefacción interior aumenta la humedad relativa, es habitual que aparezca vaho en los cristales. Sin embargo, si la condensación es constante y difícil de eliminar, puede ser un indicativo de que el aire no circula correctamente y que se acumula demasiada humedad.
- La aparición de moho en paredes, techos o esquinas también es una señal clara de ventilación insuficiente. El moho suele formarse en zonas poco ventiladas, oscuras y con mucha humedad. Además de su olor desagradable, puede liberar esporas que afectan directamente al sistema respiratorio.
- Finalmente, cuando el aire se siente denso, es una señal de que los niveles de CO2 y otras partículas en suspensión son elevados. Esto puede afectar la concentración, generar fatiga y, en casos prolongados, problemas de salud más serios.
En definitiva, para ventilar la casa en invierno no hace falta abrir las ventanas durante media hora ni 40 minutos. Los expertos coinciden en que abrir las ventanas de 5 a 10 minutos varias veces al día es mucho más efectivo para renovar el aire, eliminar la humedad y, en definitiva, cuidar la vivienda y la salud de toda la familia. Se trata de un hábito sencillo que puede marcar la diferencia en la calidad de vida durante los meses más fríos del año.

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