El Perú cierra el año con uno de sus desafíos sanitarios más persistentes: la anemia infantil. Pese a más de una década de programas y campañas, el país no logra consolidar una política estable que garantice continuidad, metas claras y una gestión sostenida. La prevalencia nacional permanece por encima del 43%, según las cifras oficiales más recientes, con regiones que superan incluso el 70%, un escenario que especialistas consideran alarmante porque condiciona el desarrollo físico y cognitivo de toda una generación .

Para comprender por qué el país avanza tan poco, es necesario mirar más allá de los suplementos, revisar la calidad de la gestión del primer nivel de atención y analizar los cambios recientes en los criterios técnicos que, como advierten nutricionistas, han dejado temp

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