La rutina diaria en la ducha puede influir notablemente en la salud de la piel. La dermatóloga Ana Molina alerta que ciertos hábitos frecuentes pueden resultar perjudiciales, generando sequedad, irritación o incluso infecciones cutáneas.

Entre los errores más comunes, Molina destaca el uso de agua muy caliente o muy fría. El agua caliente elimina la capa grasa natural de la piel, provocando picor y sequedad, mientras que el agua fría puede impedir una adecuada hidratación.

Otro aspecto importante es la selección de productos de higiene con un pH adecuado. Según la especialista, los geles o jabones alcalinos no solo limpian, sino que también remueven aceites y bacterias protectoras, debilitando la barrera natural de la piel.

La experta también desaconseja el empleo de esponjas, ya que la

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