Hace mucho tiempo no se veía a una autoridad cometiendo un delito en plena flagrancia. Sucedió el martes pasado con el fiscal Henry Amenábar , quien fue ampayado en el baño de un centro comercial recibiendo un soborno de tres mil dólares de una persona que él mismo investigaba.

Ese monto era apenas un adelanto de un total de 20 mil dólares que le había pedido para archivar su proceso por el delito de estafa. El video de la intervención —que fue subido a las redes sociales y causó un tremendo impacto en la población— pone en evidencia, una vez más, que el Ministerio Público necesita una reforma a gritos.

La corrupción y la politiquería están enquistadas en esa institución, que debería ser un ejemplo de pulcritud y transparencia, pues su tarea primordial es, precisamente, la persecuc

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