El pasado 8 de octubre advertí en este espacio que la lógica de Estados Unidos había cambiado radicalmente hacia un esquema de "primero cumplir, luego negociar". Señalé entonces que, bajo la nueva óptica estadounidense, el incumplimiento de México en temas energéticos, laborales y de seguridad dejaría de ser tema de discusión diplomática para convertirse en motivo directo de castigo. Desafortunadamente, la publicación de la Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU, el 4 de diciembre, y el mensaje de Donald Trump en el aniversario de la Doctrina Monroe, dos días antes, confirman mis peores pronósticos con una brutalidad que pocos esperaban.

La llamada "Doctrina Monroe 2.0", bautizada oficialmente como el Corolario Trump, deja claro que la era de la cooperación ha muerto y ha sido reemplaza

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