Cuando un general estadounidense declaró públicamente que México era un refugio para espías rusos, el entonces presidente de México lo desestimó de inmediato.

“No tenemos información sobre eso”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador a los periodistas al día siguiente, en marzo de 2022.

No era cierto.

Sus principales asesores habían recibido reiteradas advertencias desde Washington sobre el aumento de las actividades encubiertas de Rusia en México, según nueve funcionarios estadounidenses y mexicanos actuales y anteriores. De hecho, López Obrador había sido informado directamente sobre el problema, de acuerdo con tres de los funcionarios estadounidenses al tanto de esas conversaciones.

La CIA incluso había elaborado una lista de más de dos decenas de espías rusos que se hacían

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