La madrugada en La Molina no terminó con música ni despedidas tranquilas. Lo que debía ser una fiesta de salsa acabó convertida en una batalla campal frente a decenas de asistentes que buscaban regresar a casa. La violencia estalló en la puerta de un conocido centro de convenciones y, para sorpresa de todos, a pocos metros de la comisaría de Santa Felicia , donde finalmente nadie fue detenido.

Todo comenzó cuando la cubanada llegó a su fin y varios asistentes salieron al frontis del local. En cuestión de segundos, la fiesta terminó en resaca a golpes. Una caja de frutas se convirtió en un arma improvisada y un hombre la usó para atacar mientras una mujer, atrapada debajo de él, gritaba desesperada tratando de protegerse.

Las sirenas empezaron a sonar en el fondo. Aun así, la violenci

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