Tras el apoyo popular en las elecciones de octubre y consolidarse como la primera minoría del Congreso, el año 2026 se configura como una oportunidad de consolidación del camino de estabilización y de avance en las reformas estructurales pendientes (laboral e impositiva,sobre todo). De todas maneras, esto no exento de desafíos.

Por primera vez desde 2010-11, el año próximo podrían darse dos años consecutivos de crecimiento, impulsado por las exportaciones y la inversión (en ambos casos, no es indiferente la normalización del mercado cambiario) y una parsimoniosa recuperación del consumo de la mano de una mejora del ingreso disponible.

En tanto se prolongaría la reducción de la inflación y un tipo de cambio real ascendente, pero no traumático. El ancla fiscal, viga maestra del

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