La relación entre el mes de nacimiento y los rasgos de personalidad despertó curiosidad durante años, pero ahora la ciencia suma un dato más: la estacionalidad también puede influir en ciertas tendencias cognitivas .
Aunque el mes en que nacemos no determina nuestro destino intelectual, diferentes investigaciones encontraron patrones interesantes que conectan el clima, la exposición solar, la salud materna y el desarrollo neurológico temprano.
Según estudios de epidemiología y neurodesarrollo, el trimestre en el que un bebé se desarrolla en el útero puede influir en sus hitos cognitivos durante la infancia y, más adelante, en su rendimiento académico. Factores como los niveles de vitamina D , la nutrición materna y la exposición a virus estacionales varían según la época del año

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