CDMX.- En el año 2000, Ron Howard llevó al cine El Grinch, basada en el cuento de Dr. Seuss publicado en 1957. Lo que nació como una crítica al consumismo navideño se transformó en una comedia de gran estudio encabezada por Jim Carrey, con Villa Quién diseñada como un espectáculo visual.

Veinticinco años después, la película regresa a salas mexicanas como un clásico de temporada. La premisa sigue al misántropo que intenta demostrar que la Navidad depende de los objetos, mientras el relato original recordaba que el festejo trasciende regalos y adornos.

La cinta expande el material con un origen psicológico del personaje y una narrativa centrada en la exclusión social. Su producción involucró un presupuesto cercano a los 123 millones de dólares y un complejo proceso de maquillaje para Carr

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