Este Búho pasó unos hermosos días en Paracas , junto a mis ‘cachorros’. Jugamos en la piscina del hotel, mojamos nuestros pies en las frías aguas del mar, encendimos una fogata y tostamos malvaviscos. Observamos la puesta de sol de las seis de la tarde, mientras las gaviotas, con ese vuelo suave y elegante, cruzaban el cielo hacia sus nidos.

El genial escritor Alfredo Bryce Echenique no pudo describir mejor este lugar: ‘Era hermoso Paracas; tenía de desierto, de oasis, de balneario’ . Ya calienta el verano y no puedo negarlo, escaparme a las playas es una de mis actividades favoritas. Antes, de muchachito, iba cargado de municiones: botellas de pisco y ron. Con la manchota de la universidad.

Hoy, con los años encima, mis viajes son más pausados, al ritmo de mis hijos, con raspadill

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