La aparente “tregua” tecnológica entre Estados Unidos y China duró poco. Tras el anuncio de Donald Trump de permitir la venta de los chips H200 de Nvidia a clientes chinos aprobados, Pekín respondió con un movimiento inesperado: limitar el acceso interno a estos procesadores . La medida, revelada por el Financial Times , busca reforzar la narrativa de que las necesidades de la industria nacional deben cubrirse con desarrollos propios, principalmente los de Huawei .
La decisión llega semanas después del acuerdo firmado en octubre de 2025 entre Trump y Xi Jinping, que abría la puerta a exportaciones de Nvidia a cambio de un impuesto del 25% sobre las ventas . Sin embargo, el giro de Pekín refleja que la prioridad es reducir la dependencia de chips extranjeros y acelerar la producción nacional .
Tras tanta polémica, China ya no quiere los chips de Huawei, ¿por qué?
Según informan el Financial Times y el South China Morning Post , los compradores chinos del chip H200 de Nvidia deberán pasar por un proceso de aprobación, justificando por qué no pueden usar alternativas locales . Esto significa que, aunque la exportación está autorizada, el acceso real será limitado y controlado por los reguladores nacionales.
Entre los factores que ayudan a entender esta decisión —que puede parecer contradictoria pero resulta bastante estratégica una vez analizada — destacan varias motivaciones de fondo. Por un lado, fortalecer a Huawei y SMIC como pilares de la industria nacional de semiconductores, enviando el mensaje de que China cuenta con alternativas propias para sostener el desarrollo de la inteligencia artificial .
Al mismo tiempo, se busca demostrar que los chips extranjeros no son imprescindibles , reforzando la narrativa de autosuficiencia tecnológica . Finalmente, la medida pretende reducir la dependencia de los centros de datos respecto a Nvidia , evitando que el entrenamiento de modelos de IA quede atado a hardware estadounidense y asegurando que el futuro de la infraestructura digital china se apoye en soluciones locales .
El acuerdo alcanzado en octubre abrió la posibilidad de que Nvidia comercializara el chip H200 en China, bajo estrictas condiciones de "seguridad nacional" y con un gravamen del 25% para EE. UU. Para la compañía, la decisión representó un respiro tras las pérdidas millonarias ocasionadas por las restricciones anteriores.
Sin embargo, pese a la autorización de Donald Trump y el mensaje lanzado en su red social, Truth Social , las nuevas limitaciones impuestas en China reducen sus perspectivas de negocio en ese mercado. Y aún así, las acciones de Nvidia registraron un incremento del 2.3% .
Con esta decisión, la postura del gobierno de Xi Jinping es obvia: Pekín quiere que en 2026 la mayoría de sus proyectos de IA se basen en chips nacionales . Aunque el H200 es uno de los procesadores más avanzados del mundo , China busca demostrar que puede competir con su propia producción y reducir la influencia de Nvidia y otros fabricantes estadounidenses, muy al estilo del mismo EE. UU.

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