La cocina aragonesa ha logrado mantener, generación tras generación, una identidad basada en la sencillez, el sabor y el aprovechamiento de los productos de cercanía. Entre sus recetas más tradicionales, hay un plato que vuelve cada invierno a las mesas familiares: el recao de Binéfar , un guiso humilde, nutritivo y profundamente ligado a la memoria culinaria de Aragón.

Un plato con raíces y nombre propio

Originario del municipio oscense de Binéfar , este guiso nació como respuesta a la necesidad de elaborar comidas completas con ingredientes asequibles. Su nombre proviene del término “recao”, usado antiguamente para referirse al conjunto de provisiones que se adquirían en el mercado para abastecer un hogar. Un “recao” era, por tanto, todo lo necesario para preparar una comida su

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