Aitor Bidaurrázaga , que llegó a ser historia viva del Cacereño de Ángel Marcos que disputó en 1998 el ascenso a Segunda División, vivió en el club momentos intensos, pero jamás pudiera imaginar lo que le depararía, tanto tiempo después, el destino. Él lo quiere disimular, porque siempre fue alguien de perfil humilde, pero quizá la vivencia más emotiva en la que ya considera su ciudad haya sido ver cómo su hijo, Íker Bidaurrázaga Santamaría (Cáceres, 8 de septiembre de 2008), debutaba con el decano extremeño en competición oficial el pasado fin de semana ante el Racing de Ferrol .

«Yendo convocado, veía la posibilidad de llegar a debutar, pero en ningún momento me lo dicen antes ». Iker, sereno, sin estridencias, con calma, mira a su progenitor y responde al periodista con na

See Full Page