Estados Unidos capturó un barco petrolero en la costa de Venezuela que era utilizado para transportar crudo proveniente de ese país y de Irán, según confirmaron fuentes oficiales.

La operación estuvo a cargo del Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y la Guardia Costera estadounidense, con apoyo del Departamento de Guerra. Según los primeros reportes, la acción forma parte de los operativos de control y cumplimiento de sanciones vinculadas al comercio de petróleo.

Tras el anuncio, el precio del crudo reaccionó al alza: los futuros del barril de Brent subieron cerca de 0,5 %, reflejando la preocupación del mercado ante posibles nuevas interrupciones en envíos de petróleo.

Este episodio marca una escalada significativa de la estra

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