En el sur del país existe un pueblo que parece detenido en el tiempo , pero que al mismo tiempo late con una energía poderosa. Pequeño, encantador y rodeado de paisajes que van del verde intenso al blanco total, combina cultura, historia y naturaleza como pocos lugares en la Argentina . Se trata de una localidad donde las tradiciones galesas se viven en las calles, en sus casas de té y en sus relatos, mientras el entorno patagónico ofrece una postal distinta cada día.
Trevelin , ubicado en un valle fértil entre montañas, tiene menos de 10 mil habitantes y una identidad única formada por la fusión entre la herencia galesa y las comunidades mapuches de la zona. Y aunque mantiene su espíritu de pueblo, con ritmo calmo y cercanía entre vecinos, también se consolidó como uno de los puntos

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