Campamentos inundados, falta de refugios adecuados y ayuda insuficiente evidencian el deterioro humanitario; organizaciones acusan a Israel de incumplir acuerdos de asistencia.

Una tormenta invernal azotó el jueves la franja de Gaza, exponiendo nuevamente la fragilidad y el deterioro de las condiciones humanitarias en los campamentos improvisados donde se refugia la población palestina desplazada. A dos meses del alto al fuego, las lluvias torrenciales y el frío intenso inundaron tiendas de campaña, arrasaron pertenencias y dejaron a miles de personas sin abrigo, sin que las medidas anunciadas por la comunidad internacional hayan aliviado la emergencia.

En medio del lodo y las aguas residuales desbordadas, familias enteras reportaron la pérdida de alimentos, colchones y ropa. “Nos hemos

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