Las 11 ciudades anfitrionas del Mundial 2026 en Estados Unidos enfrentan un déficit colectivo de al menos 250 millones de dólares, debido a un acuerdo altamente restrictivo de la FIFA que aún puede obligar al gobierno federal, así como a la financiación local y privada, a asumir los costos.

Algunas sedes están tan desesperadas que se ven obligadas a participar en concursos de patrocinio para “tintorerías y mecánicos locales”, según diversas fuentes. Los propios contratos comerciales de la FIFA impiden que las ciudades cierren acuerdos con cadenas locales de tiendas de conveniencia, ya que se considera que su venta de alimentos afecta a socios principales.

Todo esto, mientras el organismo rector se dispone a retener prácticamente la totalidad de los 11 a 14 mil millones de dólares en ingr

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