Los ratones cosecheros, considerados los roedores más pequeños de Europa, han captado la atención mundial gracias a una conducta tan útil como adorable: dormir dentro de las flores. Su minúsculo tamaño y su sorprendente agilidad les permiten convertir los pétalos en refugios seguros, cálidos y casi mágicos. Esta combinación de biología y ternura los ha convertido en un símbolo de la delicadeza de la naturaleza.

Un tamaño perfecto para esconderse entre pétalos

El ratón cosechero apenas alcanza entre 5 y 7 centímetros de largo, lo que le da una ventaja única: puede acurrucarse en espacios que no serían útiles para casi ningún otro mamífero. Entre ellos, las flores. Allí encuentra una cama natural que lo protege del viento, conserva el calor de su cuerpo y reduce su exposición a los depreda

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